La mano seca
No hay nada más que podamos hacer.
No hay más que silencios en las esquinas.
Y seguiremos manchando la calle, humanos reptando. Resbalando entre los grises de arriba y abajo. Enrevesando palabras con pasos, para volver a caer. Me duele la mano de rancio anejo. Neurona-mano, pellejo-seco. Con los dedos anudados eternamente, vos ya sabés.
Anoche corte mi mano y le até un cordel: cometa mano que vuela y vuela. Que no me vuelva a crecer.
Quemado por Leprosita a las 26 de Septiembre 2004 a las 02:38 PM en El Cafelito de la Leprosa
| TrackBack