Se fuma porque se está sólo. Se fuma porque se está acompañado. Se fuma porque se prefiere la vaga esperanza de un cáncer al resto de vagas esperanzas. Se fuma porque los demás fuman. Se fuma porque los demás no fuman. Se fuma porque aquí no se fuma. Comprender por qué se fuma implica analizar una contradicción enquistada en el pulmón humano. Se fuma porque si no se fuma la vida también se esfuma.
"...periodistas, haciéndose pasar por una asociación llamada Grupo de Investigación Astral Eclipse, publicaron un anuncio en el que ofrecían elaborar un horóscopo a todos los interesados. Más de 200 personas enviaron sus fechas de nacimiento. A todos ellos se les envió la misma carta astral y se les hizo llegar un cuestionario para ver si se habían reconocido en ella. El 76 por ciento dijo que su carácter estaba bien descrito y un 15 por ciento, que era perfecta. El horóscopo, en realidad, pertenecía a Fritz Haarmann, un asesion alemán que, en los años 20, mató a 24 jóvenes..."
(c) Horst Güntheroth, para el n. 926 de El Semanal.
Buenas noches a todos.