El dictador pensó: pongo mi nombre a una calle para que la gente se calle.
A la mañana siguiente de la solemne inauguración fue la placa la que se cayó, al suelo, hecha trizas.
Y la gente, callada. Como triunfales putas.
La esperanza es una novia testaruda que siempre quiere llevar la razón. Y la virgnidad es lo último que pierde.
Qué linda niña tan coñazo imprescindible.
Buenas noches a todos.
Resuelvo un problema nuevo porque entiendo qué se pretende realizar y veo cómo realizarlo. Cierro, sin embargo, el armarito del lavabo, me veo en el espejo, y no entiendo qué pretendo realizar, y mucho menos cómo realizarlo. No sé resolverme. Y Clementine me enseñó tarde a no buscar la solución entre dos piernas.
Muy bien. Aún sigo faltando a clase para volver a casa a comerme un bol de fresas con azúcar.
Qué ricas.
A fecha de publicación de este post, lo han firmado los siguientes:
Personajes:
Algún graciosillo gilipollas ha añadido:
José María Aznar (puf) / Snoopy (yo esto lo hacía con 12 años en las votaciones para delegado) / Pamela Anderson (...) / Mariñas / / Macias Pajas / Felix Rodriguez de la Fuente.
Lo que me hace sospechar de la veracidad de firmas como la de Punset.
La proporción de retrasados mentales / personas comprometidas, no resulta deprimente, al menos. Y la iniciativa luce lo suficiente como para obviar las sombras.
La voz corrida queda. (ejem)
Yo nunca escribo nada en serio, sentenció; y continuó redactando la necrológica.