(contra)dicción-1. No quiero no hacer, por pánico a sentirme fracasado, y no hago nada por pánico al fracaso.
(contra)dicción-2. El trágico-típico final fácil de la alegogría, no es a veces tan trágico, ni fue final, ni típico, ni está resultando fácil mantener la alegría de no haber perdido a la sabina. Corolario: resultó ser, más que un fin, un inicio del tiempo que desperdicio. (Razón: aquí... o allí).
(contra)dicción-3. He vuelto y me encuentro como en casa, estoy tranquilo, ubicado, en orden; he de irme y buscarme lejos de casa, estar inquieto, desubicado, caótico.
(contra)dicción-4. Desde que me he liberado del reloj no vivo el tiempo despacio, y me mata el tiempo que vivo sin encontrarme en mi espacio. Corolario: Mi tiempo y mi espacio padecen exclusión mutua. No disfruto mi tiempo en un espacio que me pertenece, y disfruto mi tiempo en un espacio al que no pertenezco. Por si fuera poco, el tiempo pasa despacio cuando quiero cambiar de espacio.
(contra)dicción-5. Ella trata de entender lo que escribo en mi idioma para nadie en concreto. Yo trato de hacerme entender escribiendo en su idioma para ella en concreto.
Y etcétera etcétera una contradicción tras otra, mentiras profundas, abismos superficiales, heridas epidérmicas.